Semana Santa, fecha de fervor y pasión religiosa; los callejones, las casas y templos se preparan solemnemente para dar paso a esa fusión de creencias.
Una semana antes, de todas las comarcas sitios y comunidades de nuestro Tlalpujahua, llegan poco a poco sus Cristos, sus Juanes y Dolorosas con la devoción de sus fieles para ser partícipes de un memorable rito, el del miércoles santo, las místicas calles empedradas enmarcadas del caserío, son testigos silenciosos del paso del impresionante y sentido recorrido, 43 imágenes del cristo crucificado, verdaderas obras de arte; y de entre tantos, los más destacados desde épocas remotas:
EL SEÑOR DE LOS CARRILLOS, talla de tamaño natural realizado con pulpa de caña de maíz y que data del siglo XVI. Aparece ricamente vestido con un braguero bordado con hilo de oro y un resplandor en la cabeza. La actitud que tiene es de un Cristo agonizante.
SEÑOR DE ZAPATEROS. A mediados del siglo XVIII, con el auge minero se había formado al suroeste de Tlalpujahua un barrio conocido por el nombre de zapateros, porque los más de sus habitantes tenían éste oficio, por éste tiempo había una capilla grande de cal y canto, en el interior se dotó de un retablo dorado dedicado a una imagen de Cristo Crucificado tenido por milagroso y muy venerado. El culto al Cristo de Zapateros es de los más antiguos de la región, una semana antes de la Semana mayor se realizaba la ceremonia con la cooperación y las limosnas de los vecinos del barrio para el “paso” del Señor en su camino a Tlalpujahua para la procesión del miércoles santo convirtiéndose en una tradición que ha llegado hasta nuestros días.
CRISTO DEL SR. DEL MONTE, escultura de pasta de caña de maíz, lo cual revela su antigüedad y se encuentra acompañado por la Virgen de Dolores. Las santas figuras llegan a principio de la semana mayor al templo del Carmen haciendo digno acto de presencia en la procesión del miércoles.
CRISTO DE SAN PEDRO TARÍMBARO es tres veces mayor que San Juan y la Virgen, de tamaño natural cuya buena factura hace que sea una escultura de calidad y respetable antigüedad, el cuerpo enjuto y lacerado a tal extremo que muestra el costillar. Este Cristo desde centurias atrás ha sido objeto de gran veneración.
El pueblo que con fé los acompaña tiene clara su plegaria, encapuchados anónimos hacen menores sus culpas cargando sobre sus hombros aquellas figuras santas que ya llegada la noche coinciden en el magnífico templo de nuestra Señora del Carmen. El sincretismo ejemplificado de esa mezcla de más de 200 años, la evangelización española fundida con los sagrados cultos de ceremonias indígenas.
Fecha: Miércoles 16 de abril
Hra. 7:00 pm., partiendo del Santuario de Ntra. Sra. Del Carmen, recorre las principales calles de pueblo y regresa a donde empezó.