Como cada Viernes Santo cientos de feligreses se dieron cita entre los jardines Leona Vicario para acompañar a Jesús al camino hacia su crucifixión, para vivir con él su pasión y sentir esta gran manifestación de amor.
Entre los jardines Leona Vicario se pudo presenciar el juicio y sentencia de Jesús, también en este lugar en un escenario pequeño se le mando azotar y se le colocó la corona de espinas.
Con un clima soleado y seco de ese lugar comenzó el recorrido del Viacrucis por la calle Álvaro Obregón, donde se efectuó la primera caída. El recorrido continúo por la misma calle Álvaro Obregón esquina con el jardín Melchor Ocampo Jesús se encontró con su madre, quién se le acercó con tremenda tristeza le acarició el rostro.
Posteriormente, siguió el recorrido por la calle Madero, donde frente a la Presidencia Municipal Jesús se encontró a la Verónica, quien se le acercó y le seco el rostro, y fue ahí donde ella exclamó “vean, vean en verdad es el hijo de Dios”, esto al ver que en el pañuelo con el que lo había secado se había quedado marcado el rostro de Jesús.
Se siguió recorriendo hasta llegar a la Estación del Ferrocarril donde se llevó a cabo la crucifixión y muerte de Jesús.
En cada estación el sacerdote era el encargado de dirigir la oración y explicar a los presentes el significado de todos los actos.
En la tarde de ese mismo día en el templo de la Parroquia de San Juan Bautista se llevó a cabo el rosario del pésame de María Santísima y la sepultura de Jesús.
Finalmente se llevó a cabo la procesión del Paso de la Soledad por las calles 5 de Mayo, Álvaro Obregón, Matamoros Hidalgo, Madero hasta llegar a la parroquia.