Talan nueve hectáreas de oyamel en zona del núcleo vital de la mariposa monarca en la Sierra Chincua, Michoacán; los ejidatarios lograron detener a los talamontes pero las autoridades no fincaron responsabilidades
Es considerado como uno de los más grandes fenómenos migratorios de la naturaleza.
Este pequeño insecto, de apenas medio gramo de peso, recorre más de cinco mil kilómetros, desde los bosques de Canadá hasta los santuarios ubicados en los límites entre los estados de México y Michoacán.
Canadá, Estados Unidos y nuestro país han establecido programas para salvar a esta especie de la extinción.
En la actualidad el área natural protegida abarca más de 56 mil hectáreas, 13 mil de ellas se encuentran en el llamado núcleo, la zona de bosque de oyamel crucial para la hibernación y reproducción de la mariposa.
Hace unas semanas ocurrió un ecocidio en la zona núcleo.
«Y en uno de nuestros recorridos nos percatamos de que estaban derribando madera dentro de nuestro bosque, dentro del núcleo de la zona de la mariposa monarca»: testimonio.
Es el paraje conocido como el Tepozán.
Ejidatarios y autoridades nos llevaron por un camino de difícil acceso.
Los talamontes devastaron una zona de bosque de oyamel y pino ubicada a 3 mil metros de altura en la sierra de Chincua, Michoacán.
Al llegar, el panorama es desolador, en el suelo yacen decenas de árboles, derribados por las motosierras, estaban listos para el traslado a su destino, el aserradero.
Los vigilantes, indignados, prendieron fuego a una de las camionetas de los talamontes.
Sí, por el coraje que les estaban talando sus árboles de su predio: testimonio.
Se calcula que durante varios días los delincuentes ingresaron con varios vehículos.
Talaron cerca de 9 hectáreas de bosque de la zona núcleo de la mariposa monarca.
Los ejidatarios detuvieron en flagrancia a tres de los talamontes.
«Los campesinos se pusieron de acuerdo para llevarlos a San José del Rincón pero, ya fue a donde no los quisieron recibir. Se les llevo a la procuraduría de Zitácuaro y no lo quisieron recibir tampoco», testimonio.
Los vigilantes presentaron ante las autoridades videos que contienen la confesión de los talamontes y las herramientas que utilizaron para depredar el bosque.
«No sé qué piensan ahorita las autoridades o no sé qué están haciendo porque pues, como le digo, estas personas salieron libres, no sé si bajo fianza o no sé bajo qué circunstancias pero andan en la calle», testimonio.
De acuerdo con las autoridades tenía 8 años que no se registraba una tala de esta magnitud.
«Hay todo un plan de restauración que vamos a iniciar en acción muy rápido para poder recuperar esta extensión de estas 8, 9 hectáreas que fueron ahora taladas de manera irresponsable por grupos fuera de este territorio», dijo Gloria Tavera Alonso, Comisión Nacional de Aéreas Naturales Protegidas.
De acuerdo con la comisión nacional de áreas naturales protegidas el paraje conocido como el tepozán, donde se registró la tala, se encuentra en terreno estatal.
«Es una zona estatal en donde los accesos son muy limitados; hay algunas estrategias de gente externa que viene a vulnerar los bosques en esta región», agregó Gloria Tavera Alonso.
Muy cerca de la zona devastada se encuentra el ejido de Sierra Chincua, otro de los santuarios de la monarca.
Trescientas familias viven del avistamiento de la mariposa; han aprendido a conservar y vigilar su bosque.
«O sea, sí nos afecta también por lo de esto que está cerca de aquí porque es vecino de nosotros; horita ha llegado más mariposa que otros año», señaló Rodolfo Martínez Hernández, comisariado ejidal de Sierra Chincua.
Y sí, pese a las adversidades, la mariposa monarca sigue llegando a los bosques de Michoacán y Estado de México.
Es el santuario conocido como El Rosario.
La principal colonia de la monarca se estableció en este bosque para pasar el invierno.
«De acuerdo a los monitoreos que hemos hecho en 4 hectáreas aproximadamente llegaron, tres, cuatro veces más que el año pasado; estamos muy gustosos porque ahora llego mucha», explicó Homero Gómez González, comisariado ejidal del Rosario.
De los 13 santuarios, seis están abiertos al público, el de Rosario es uno de los más visitados.
La monarca da sustento a más de 300 familias.
El gobierno federal y estatal ha destinado fondos de compensación para que los habitantes no toquen el bosque; se destinan inversiones para instalar comedores, capacitar guías, talleres de artesanías y medidas de conservación.
«De ahí vivimos una parte del año. La demás, emigramos a Guadalajara, a las grandes ciudades a trabajar de albañiles o de amas de casa. También emigramos a Estados Unidos el 5 por ciento», agregó Homero Gómez González.
Para las 56 mil hectáreas que forman parte de la reserva de la biosfera de la monarca hay mil 50 vigilantes comunitarios; para muchos habitantes preocupados por la conservación de los santuarios, son pocos.
Están derribando nuestros bosques; horita, en estos tres últimos años, 4, 5, denuncias de los talamontes y no tenemos respuesta de ninguna autoridad señor, testimonio.
BLR
