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Maravatío de Ocampo
18 mayo, 2024
Vive Maravatio – Agencia de noticias del Oriente
DESTACADO MICHOACÁN

Columna: Tavito y Many.

Hola que tal mis lectores de éste medio informativo, nuevamente con ustedes para compartir un texto que llamó mucho mi atención por su contenido y sobre todo por un mensaje de reflexión que me brindó y me dio el ánimo de compartirlo con todos ustedes. Quizás a más de muchos nos gusta leer y con ello profundizarnos en el espíritu de la lectura para analizar y sentir la sensación de apreciar una buena lectura.

Así mismo hago de su conocimiento que la historia que voy a compartir no es mía, es tomada del Muro de los Muertos  y la encontré como cuento de terror, sin embargo, para mí no la ubicaría en ese concepto, más bien la ubicaría en un tema de amor y de un mensaje positivo para todos aquellos adultos que no comprendemos la rebeldía de los niños y niñas cuando por primera vez pisan un jardín de niños (preescolar) y donde  la desesperación hace su presencia que nos hace utilizar la fuerza bruta para que los pequeños se queden en la que será la segunda casa de su formación. Esperan que algún día encuentre el nombre del autor, le daré los créditos correspondientes y la historia comienza así:

Tavito y Many:

Tavito era un niño de 5 años, se caracterizaba por su nobleza y su actitud servicial, un día la madre de Tavito decidió cambiarlo de kínder porque el otro ya le quedaba muy lejos, Tavito triste y emocionado se preparó para su primer día de clases. Durante el receso no tuvo mucha suerte para hacer amiguitos, solo un pequeñito se le acercó para platicar; ¿cómo te llamas?  dijo Tavito… Many respondió el niño. Comenzaron a jugar y platicar, se acercaba la hora de salida y Many comenzó a llorar…. qué tienes Many, no te da gusto que por fin viene mamá por ti? Mi mamá ya no viene por mí, me he parado en la puerta, esperando que la Maestra diga mi nombre para salir, pero nunca lo dice, regreso con miedo a la casita y me escondo toda la noche para que la obscuridad no me de miedo.

La Maestra gritó el nombre de Tavito, éste se fue a la entrada de la escuela donde su mamá lo esperaba. En casa la contó a su mamá lo que Many le había dicho, la mama le dijo: seguro es una broma, no hagas caso, todas las mamás siempre vamos por los niños.

Días siguientes…. Durante las clases Tavito nunca veía a Many, sólo lo encontraba durante el receso y a la hora de la salida… ¿qué tienes Many, por qué lloras? Ya no quiero seguir aquí, me he tratado de salir, pero no puedo, es cómo si estuviera encerradito y no puedo regresar a mi casa, extraño a mi mamá, a mi pececito y mi cama.  Tavito le dijo:  Mi mamá dice que todas las mamis siempre vienen por los niños…  la mía no, dijo Many…<la mía no ha venido desde hace muchos días>.

La Maestra comenzó a notar actitudes raras de Tavito, entonces mandó llamar a la madre y le dijo: He notado que Tavo habla sólo, no socializa con nadie, en hora de recreo y salida, se encierra en la casita del patio y habla solo ahí adentro, nadie quiere ser su amigo, les da miedo que Tavo hable solo. La madre le dijo: Hablaré con Tavo, mañana regresaré con usted y le platico lo que me diga.

En casa la madre de Tavito, habla con él, sobre todo lo que está pasando en la escuela; al terminar la plática, la madre sorprendida, pero segura, creyó en la palabra de su hijo diciéndole: Esto se lo vas a contar a tu maestra el día de mañana, yo te creo y te voy a acompañar.

Llegó el día de clases y la Maestra se sentó a escuchar lo que Tavo tenía que decirle y fue: Yo no hablo solito, mi amigo Many es el que siempre está conmigo en la casa, él tiene miedo porque su mamá no ha venido a buscarlo a la escuela, quiere ir a su casa y extraña a su mamá, si quiere vamos y que él se lo diga. —- La Maestra paralizada, le dijo a Tavito: Yo te creo, puedes ir a jugar al patio, voy a quedar con tu mamá, entonces la maestra relata lo siguiente:

Many era un pequeño de 4 años, estaba en este kínder hasta hace un año que falleció, el murió en esa casita de un paro cardiaco fulminante, la madre estaba devastada, los doctores no pudieron hacer nada y desde entonces no supimos nada mas de su mamá, la escuela mandó un apoyo psicológico a la casa de Many, pero la madre se negó a recibirlo, me sorprende mucho que Tavito sepa de Many, esto pasó hace un año y es imposible que él supiera de éste niño, porque aún no estudiaba ahí y para los niños Many se cambió a otra escuela. La madre con seguridad decidió apoyar a su hijo.

Tavo dice que tiene una misión que Many le ha pedido y es buscar a su mamá para que venga por él a la escuela y se pueda ir a su casa, yo quiero apoyarlo, me puede dar la dirección, le prometo que, si la mamá de Many no quiere hablar, no la molestaremos más.  La Maestra después de ver que lo que pasaba no tenía explicación, accedió a darles la dirección para que Tavo con su mamá pudiera seguir con su misión.

Luego de que la Maestra les dio la dirección, asistieron por la tarde a la casa de la mamá de Many, al tocar la puerta, una mujer demacrada, pálida, fachosa, con ojos hinchados y un oso de felpa en su mano, abrió la puerta con mal humor. Tavito al ver ese oso, inmediatamente dijo: <ese debe ser puchis>… la mamá de Many cerró la puerta inmediatamente y entre llanto gritó: ¡largo!

Al día siguiente volvieron a insistir; con la misma ropa del día anterior la madre de Many abre la puerta y antes de cerrarla Tavito dice: Espere, mamá de Many, yo conozco a Many y él me pidió que le dijera algo a usted; la señora se agacha y le dice: ¿Estudiabas con él? La madre de Tavo le explica que el niño apena llegó al kínder y no se conocían antes, pero que la Maestra y los niños lo miraban hablar solo y el pequeño afirmaba que hablaba con Many.

Así pasaron varias semanas, mientras Tavo le mandaba recados de Many a su madre, ésta comenzó a sanar de muchas heridas, al comenzar a saber cosas de su fallecido hijo. Tavito le dijo: Señora, Many quiere que vayan por el a la escuela, todas las mamás van por sus hijos y Many ya se quiere ir, extraña a puchis, su camita, su hora de cuentos y su beso de buenas noches.

Después de tanta convivencia y detalles que Tavo le daba, la madre de Many accedió ir por el a la escuela por él.  Tempranito Tavito y Many se encontraron en la casita de siempre, platicaron por última vez, rieron y compartieron su último intercambio de palabras. La maestra comienza a nombrar a todos los alumnos por los cuales habían llegado:  Marcos, Alex, Hannia y así sucesivamente hasta que menciona: Tavito, Many, sus mamás han llegado. Emocionado Many corre a la puerta y abraza a su maestra a quien le recorre un frio en el vientre. Many se acerca a su mamá a quien no ha visto por mucho tiempo. La madre pudo sentir esa conexión única con su hijo, se agacha y un escalofrío apacible recorre su cuerpo, aunque no podía verlo, ella podía sentir a su hijo abrazándola. Tavito vio alejarse a su mejor amigo Many y su madre, con una gran sonrisa en ambos, Tavito solo dice: De Nada.

La noche ha caído, se sienta un lado de la cama de Many, le lee un cuento, saca de un costado a puchis, se lo da a su hijo, entre lágrimas le desea buenas noches y en ese momento deja de sentir el frío que tuvo durante el día, Many había conseguido la paz y se marchó para siempre al más allá para continuar amando a su mamá.   FIN

Por: Juan Miguel Núñez Santillán.

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